Superficies no preparadas. Inicialmente se requiere una limpieza a fondo con cepillo y con ácido clorhídrico diluido con agua. De esta manera, se abre poro y se elimina la suciedad. A continuación, baldear con agua y dejar secar la superficie. Alisar y nivelar las pendientes o desniveles de la superficie a pintar, para evitar posibles encharcamientos. Aplicar la primera capa diluida con 10-20% de agua y la segunda sin diluir para conseguir un grueso de 1-2 mm., y llegar a una elasticidad que permita mantener la continuidad del film sin roturas, en el supuesto que se formen nuevas grietas en la superficie protegida.
Mantenimiento superficies ya pintadas en buen estado. Aplicar directamente la pintura previo lavado o cepillado, diluyendo la primera capa con 10-20% de agua, después aplicar la segunda capa sin diluir. Se debe buscar un grueso de 1-2 mm., y llegar a una elasticidad que permita mantener la continuidad del film sin roturas.
Mantenimiento superficies ya pintadas en mal estado. Eliminar totalmente las viejas pinturas y proceder como en superficies no preparadas.
Si la superficie tiene hongos, limpiar la superficie con lejía diluida y después baldear con agua y dejar secar la superficie.
Con restos de eflorescencias, aplicar Sulfato de Zinc diluido rascando enérgicamente.